La Familia Aguilar Guerrero se declara consumidora ferviente de la kombucha, una bebida probiótica natural proveniente de Asia, la que se obtiene gracias a la fermentación de té endulzado con una colonia simbiótica de hongos y bacterias mejor conocida como SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast). Gracias a su estilo de vida naturista, incursionaron poco a poco en su preparación, decidiendo luego forjar su microempresa familiar, en la que cada eslabón importa. Yessica (Yeka) y Rolando nos cuentan esperanzados cómo ha sido el proceso, junto a su deseo principal de formar una comunidad en la que predomine el autocuidado, el consumo consciente de alimentos y que busquen, como ellos, potenciar la economía regional. Sus hijos, Gian Franco (18 años) y Josefa (5 años), los acompañan y escuchan atentamente. Miguel Codoceo, su diseñador gráfico, también se hace presente para hablarnos de la importancia del marketing, razón principal por la que Rolan Kombucha posee ya 9 puntos de venta en tan sólo 5 meses de funcionamiento.
Revista Urdimbre: ¿Cómo nace el emprendimiento?
Yessica: Fue bonito, en realidad. Nosotros, como familia, hace 4 años que somos consumidores de kombucha. Mi esposo, a través de un libro supo que el doctor David Permutten hablaba de ella, y de ahí le nace la curiosidad de investigar. Tuvo la suerte de conocer unas personas Hare Krishna que la preparaban. Él la probó, la trajo a la casa y empezamos a ver los beneficios; nos hizo bien a todos. Mi hija tiene 5 años y no sabe lo que es estar congestionada, es sanita total. Y, bueno, mi esposo tomaba harta kombucha. Entonces, dije: “¡Ah! Le voy a hacer kombucha a mi marido, ya que compra tanto”. Y así, hace un año y medio, empecé a probar, a hacer investigaciones, a viajar harto a Santiago, juntarme con gente con harta experiencia, como el matrimonio que vende fermentos en la feria Slow food (Sabores de las Nubes). Ellos, para nosotros, son un lindo y gran referente; he participado en cursos que han hecho.
Rolando: Daban los tips, todo. Uno iba como cliente y le preguntaba, y ni un secreto, nada.
Y.: Claro, aprendiendo de ellos y también catando distintos tipos de kombucha.
R.: Del extranjero igual…
Y.: Tuvimos la suerte de que mi hermano viajó a Chile y le encargué que me trajera kombuchas de Estados unidos para probar.
R.U.: ¿Allá las venden en el mercado? ¿En los supermercados?
Y.: Sí, incluso me mandaba las fotos de los refrigeradores, no sé, más de 100 marcas. Así de fuerte es allá el tema de la kombucha. Así que las probamos, también en Santiago, hartas, de distintas marcas y sabores; también la otra marca que hay en la región. Y eso, con toda mi intención de ir mejorando, de que le agradara a un niño chico también, sobre todo a mi hija. Con ella testeaba los sabores, y si le gustaba a una niña de 4 años iba por un buen camino; así nace. Buscar el nombre también nos costó harto, hasta que un día dije: “pucha, si mi marido, tan fanático, se llama Rolando… ¡Rolan!”. Investigué qué significa, y es bonito: significa “victoria”, “llegar a la gloria”, así que por eso quedó Rolan Kombucha.
R.: Además que Carlos von Mühlenbrock le dijo: “Está bueno el nombre”
R.U.: ¿Y Cómo les fue con él?
Y.: Si, es que supe que estaba en la caleta de los pescadores en Valparaíso, haciendo una actividad de la WWF sobre los osos pandas. Siempre está la idea en ir superándose y seguir aprendiendo de personas que llevan más camino que uno; sabes que pueden dar algún tip a uno que recién está naciendo. Así que yo me dije: “voy a hacer todo lo posible de hablar con él, que pruebe mi kombucha”. Fue el primero que dijo “Rolan Kombucha”. La probó, le gustó y eso me motivó harto, dije “pucha, qué rico”. Es motivador que gente que lleva más camino recorrido la pruebe y me pueda dar un consejo.
R.U.: Ahora, si hablan con alguien que no conoce la kombucha, ¿qué le dirían?
R.: Que es anti inflamatorio; de hecho, va directamente al colon, a los intestinos. Son bacterias, organismos vivos, y más la fibra que ustedes coman, cuida la flora intestinal. Lo mejor de todo es que es un buen antidepresivo, ya que en estos tiempos la venta de antidepresivos en pastillas ha subido mucho, o sea, estamos cada vez más depresivos, más ansiosos, y esta bebida sería un buen remedio para todo eso. Tiene muchos beneficios más, pero si hay que destacar algo, es eso, lo digo por experiencia. Yo era muy dependiente de medicamentos por causa de una depresión. A base de eso empecé a buscar, y sonó ésto: La kombucha, el chucrut y el kimchi, que sirven para eso. Y ¡claro! ¡Sirve! (surgen risas de todos, felices por los resultados)
R.U.: Al no ser un producto muy conocido, ¿Cómo es la estrategia que ustedes están utilizando para llegar a más público? (Yessica y Rolando le dan la palabra a Miguel, quien está a cargo de esta área)
Miguel: Rolan tenía otra imagen al comienzo. Hace un par de meses empezamos a trabajar en conjunto. La marca que tenían era mucho más artesanal y sentían que necesitaban una renovación de imagen. Nos reunimos y supe por qué le habían puesto Rolan, por qué querían crecer, etc, y fuimos cambiándola, hasta que llegamos a ésta, que es mucho más regional. Se ocupa iconografía Diaguita en las imágenes, las que representan el sol, unido a la victoria, que viene con el nombre. Para mí el sol es el que nos genera toda la vida. El ser humano es dependiente de ello, pero se nos olvida que estamos conectados con la naturaleza. Lo primero fue eso, cambiar la imagen de marca, que es lo primero que le va a llegar al cliente; una vez que ya se ve más profesional y más trabajo dentro de la misma marca, se empezó con el tema de las redes sociales. Normalmente los emprendedores no conocen el potencial que tienen las redes sociales para poder expandir su negocio. Pero una vez que ya empiezan a entender la potencia que tienen en su celular, lo empiezan a ocupar de manera distinta. Ahora queremos crecer en las redes sociales de Instagram, Facebook, y crear una comunidad en base a eso más que simplemente vender el producto como una bebida. Queremos crear una comunidad en la cual la gente se empiece a preocupar de su bienestar en lo cotidiano.
R.U.: Claro. Bueno, ustedes están en mercados verdes, que en el fondo son lugares que conocen la kombucha. ¿Tienen pensado llegar a otros lugares?
Y.: En un principio teníamos la impresión de que no íbamos a llegar tan rápido a los emporios cotidianos como Mary Dubó, Cábala, Rincón Flamenco, que son dedicados a los alimentos saludables. Pero nos ha ido tan bien, con las redes sociales y el boca a boca, que la kombucha llegó también a los gimnasios Sportlife, donde hay unos emprendedores que son nuestros amigos que vienen de Colombia, los de Green Café, donde la están vendiendo y les ha ido bastante bien. Lugares que yo, de verdad, no me lo esperaba. Pero se me dio la oportunidad y estoy abierta a lo que se me ofrezca, no cerrarme a un tipo de lugar donde vendan solamente cosas saludables o emporios, sino que, si puede llegar a otros lugares, gimnasios, o al mismo Restaurant Fifí, donde también la venden, ¡Yo feliz!
R.U.: Y cuéntanos: ¿qué crees que fue lo que gatilló que crecieran tan rápido? Porque llevan poco, están en varios lugares y ya los conocen…
Y.: Empezamos el 31 de octubre del 2018, con el lanzamiento en un local. Creo que la confianza de las personas, porque en los mismos locales nos conocen, somos clientes habituales, compramos cositas bajas en azúcar, en relación con el bienestar… por eso, más que nada: ya nos conocían como familia.
R.: Sí, somos adeptos a comprar cosas de la región. Eso es lo que buscamos… potenciar lo local. Por ejemplo, yo prefiero una conserva de acá de una abuelita de pan de azúcar, o en vez de un pan integral, prefiero un pan de masa madre que venden en Sindempart, ¿se entiende? Buscamos gente que prepare acá en la región, que la plata quede acá… ése es nuestro objetivo.
R.U.: Y en este camino de emprender, ¿qué ha sido lo más complejo con lo que se han encontrado?
Y.: Lo más complejo, quizás, decidir dejar de pagar una cuenta para poder comprar, no sé, por ejemplo, las botellas. Tomar la decisión de poner en la balanza: Me voy a ojos cerrados con este emprendimiento o renuncio y decido mejor seguir pagando. Ahí nos tiramos con toda la confianza, con toda la fe de seguir con eso, porque es algo que realmente me gusta. El tema de estar acá en la casa, hacer la kombucha, lo hago por gusto. Esa es la verdad, no es un trabajo para mí, y mi intención es que llegue a todos lados, lo que más se pueda. Lo otro complejo puede ser… bueno, no nos encontramos famosos todavía, pero, quizás, causa energías negativas a veces en personas que tú no pensarías. Ha sido un poco complejo, pero llegamos a la conclusión de que es algo natural, a veces se presentan en el camino cuando vas a emprender: si te está yendo bien, es como normal que exista. Pero ahí es donde tenemos que ser fuertes, valientes, y seguir con lo que nos gusta, no renunciar. Quisiera decirles a las personas que están en distintos emprendimientos que son cosas naturales que van a pasar. No es que uno las piense ni las atraiga, sino que pasan, porque somos todos energía. Entonces, no hay que bajar los brazos, hay que seguir porque tú crees en lo que estás haciendo, y tienes la seguridad de que lo estás haciendo bien. El resultado lo ves alrededor tuyo; la gente te dice: “me siento mejor”, “me siento bien del estómago” o “me ha servido, dejé de tomar este medicamento”. Eso vale más que esas piedras que, al fin y al cabo, te ayudan a crecer más, a conocerse más.
R.U.: Respecto a tener una microempresa familiar, ¿qué es lo que más valoran y les gusta? (Rolando le pide a su hijo que responda, a quien considera como el más indicado para ello)
Gian Franco: Al principio es difícil, porque demanda mucho tiempo. Por ejemplo, yo tengo que hacer algo, necesito ayuda, y no puedo, porque mi papá y mi mamá están haciendo lo de la kombucha, o tienen que ir a Santiago y yo me quedo acá con la Jose. Tengo que parar ciertas actividades cotidianas para que puedan surgir. Pero ha valido la pena, porque ambos tienen liderazgo y mentalidad. Si uno se va tirando para abajo, deja que las demás personas lo bombardeen con su negatividad, y su escudo no es lo suficientemente fuerte, va a ir retrocediendo… se va a caer. Pero ellos son fuertes, así que van a tirar para arriba, porque si al final mantienen fuerte su idea en la mente, lo van a terminar sosteniendo en sus manos. Su ambición, su deseo, tiene que ser tan fuerte que el universo no va a tener otra opción que dársela.
R.: Mi hijo es de pocas palabras. Pero ahí hacemos en silencio todas estas cosas, colocamos música no más, colocamos mantras y ahí empezamos, piolita.
Y.: Claro, y trabajar en equipo. Si bien es cierto, mi hijo tiene que dejar actividades de lado, yo se lo agradezco, porque él, como mi hijo mayor, es mi partner en las semanas que mi esposo no está. Mi hija igual, tiene 5 añitos, pero me ayuda bastante también (ayuda a pegar las etiquetas). Esa es la idea, y me enorgullece que mi hijo lo entienda así. ¿Qué más voy a pedir? El trabajar en equipo como familia ha sido muy bonito para mí. Y se nos une también Miguel, porque él pucha que me ha ayudado: si me sale algo, un mensaje, en un ratito se soluciona. Todas esas cosas para mí son impagables. La verdad, es que tener la red de apoyo que tengo es muy valiosa. Por eso los cuido como mi gran tesoro y siempre lo voy a hacer. Ellos me ayudaron a estar donde estoy ahora. Las chiquillas de Mary Dubó, la Pola, la Karina de Cábala, la Paty de Rincón Flamenco, la Joa de Canela, las chiquillas de Corazón de Colibrí, la Mary de Yoga, Namaskar también. Eso es importante: que todo emprendedor ojalá tenga su red de apoyo. Quizás a veces lo tenemos y no nos damos cuenta. Hay que darse cuenta, no podemos hacer nada solos… siempre necesitamos un poquito de ayuda.
R.U.: Y con respecto al futuro, ¿qué se viene ahora para Rolan Kombucha?
R.: Lo primero, vamos a tener que cambiarnos de casa, porque ésta ya se hizo chiquitita; estamos cotizando unas ollas gigantes también. Yeka tiene una idea de cómo hacer el proyecto, y ahí vamos a ver cuánto nos sale la pequeña planta y cómo financiarlo.
R.U.: ¿Planean postular a algún fondo de financiamiento?
Y.: Sí, pretendo postular a uno ahora en marzo. Soy primeriza, así que ahí estoy haciendo mis investigaciones y entrar a todo eso, con toda la fe nomás.
R.: Y la proyección, estar en Santiago, desde Providencia hasta Las Condes, porque allá está el mercado. Cuando vamos y nos quedamos, en todos los lugares venden kombucha, pero hay 4 marcas nomás, y queremos que ahí esté la quinta, o la sexta, que sea Rolan Kombucha.
Y.: Y lograr generar empleo, hacerle un contrato a mi diseñador gráfico. Que todos participemos ahí con lo que se merecen.
R.: Claro, ésa es la idea. Al Gian también.
R.U.: Para finalizar, ¿Qué le dirían a la gente que recién empieza con un emprendimiento? ¿Cuáles serían sus consejos para ellos?
Y.: Yo creo que, si se genera una idea, concretarla, seguir adelante y no mirar atrás, porque, sea cual sea el resultado, siempre se va a aprender algo. El segundo paso va a ser siempre con más sabiduría que el primero que diste. Entender que las cosas altiro no se van a dar, porque es así. No es que las personas están bien porque de la noche a la mañana les va bien, o nació para que le fuera bien en la vida. No, las cosas tienen su costo, pero no es negativo ni malo para uno. La vida real está hecha de costalazos, de equivocarse y aprender. El que no tiene fracasos ni cosas así no está viviendo… eso en sí es vivir.
R.: Y no apegarse a nada. De hecho, este producto está bonito y todo. Es de la Yeka, y yo estoy ahí atrás, apoyándola, sosteniéndola, pero si hay un momento en que hay que dejarlo atrás, listo. Dale hasta ver dónde llegas, y si tienes buenos resultados, puedes dar trabajo, y pueden surgir otras personas también, otras ideas; alguien puede seguir más adelante mejorando el producto.
R.U.: ¿Algo más que quieran agregar?
Y.: Agradecer a los locales que me dieron la oportunidad de vender mi producto. Muy agradecida de Mary Dubó, Cábala, Rincón Flamenco, Corazón de Colibrí, Emporio Canela, Namaskar, las chiquillas de Alma Yoga que también están recién empezando, y aún así me dan la oportunidad de tener ahí mi producto. A Coffee Green y al restaurant Fifí, muy agradecida de ellos.
R.: Igual a la gente que nos ha comprado, a cada persona, estamos inmensamente agradecidos. A Miguel también, gracias a él la imagen impactó a la gente. Y gracias a ustedes, también.
Revista Urdimbre
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