NUEVA TEMPORADA, NUEVO DESAFÍO
La vida del emprendedor es así: generas una idea, la echas a andar
y, si el camino se pone difícil, tendrás que innovar y adecuarte a las
nuevas reglas del juego.
Ocurre con todos los rubros y en cualquier instancia. Entonces ahí es cuando ese espíritu es remecido y optas por un camino que tal vez no te dará grandes ingresos a corto plazo, pero que resulta gratificante en otros aspectos: cuando puedes dedicar tiempo a la crianza, cuando sabes que eres una de las pocas, pero ricas opciones para quien no puede comer de todo, o cuando crees que aliviarás emociones negativas con una canción, un regalo, o una simple conversación.
Todo lo anterior está ligado a la empatía y a la emoción, y no por
ello se debe asumir que siempre será un regalo. En efecto, considerar aspectos como éstos al elegir los productos y
servicios que buscas te permitirá valorar lo que hace el pequeño
emprendedor pues, distinto a una gran empresa, empatizan con el
cliente y son conscientes de que, si tú eres feliz, su trabajo cobra sentido. Además, si eliges a un microempresario, el apoyo hacia la comunidad es directo: al preferir lo local, apoyas a alguien de tu zona.
Prefiere a tu vecino que hace clases de arte, a tu colega del trabajo
que tiene su pyme para aumentar sus ingresos; prefiere a ese
almacén que te queda a 2 minutos caminando, esa tienda de regalos pequeña, pero que es maravillosa cuando entras y a aquellos que tienen delivery propio. Disfruta cómo crece su empresa y ellos te lo agradecerán con una sonrisa (y tal vez con una que otra promoción para clientes frecuentes).