Es normal proponernos metas en la vida y también que, muchas veces, no lleguemos a concretarlas, lo que seguramente está asociado a cómo nos planteamos las cosas. Para alcanzar estas metas, existe una metodología llamada SMART, la que nos ayuda a definir y plantear objetivos inteligentes y fáciles de alcanzar. Y no solo es para nosotros, pues también se puede utilizar para mejorar temas pendientes de una empresa. Es como confeccionar un mapa de ruta en el cual podemos ver, entender y medir logros, además de mejorar el trabajo dentro del equipo.
Antes de explicarla a fondo, debemos indicar que es un acrónimo formado por cinco palabras en inglés, en el que cada una cumple una función particular. Estos conceptos no han sido elegidos al azar y son los cimientos para alcanzar metas esperadas. A continuación los exponemos:
SPECIFIC (específico) Al proponernos objetivos, se debe ser lo más preciso posible, sin ambigüedades, no sirven las generalidades. Aquí nos ayuda el responder a : qué, dónde, cómo, cuándo, con quién, etc. Por ejemplo, si una microempresa recién está comenzando con sus ventas online y desea que más gente conozca sus productos, no basta con decir “quiero llegar a todo el mundo”; debe ser más detallado, como decir “quiero tener más seguidores en Instagram y Facebook”. Con el segundo planteamiento se ve la diferencia, se hace más palpable y, si alguien externo me escucha, sabrá lo que quiero.
MEASURABLE (medible) Las metas deben responder a cuándo y cuánto, pues nos ayudará a comparar y medir constantemente en números. Siguiendo con el ejemplo anterior, un buen planteamiento puede ser “mi objetivo es aumentar los seguidores en Instagram y Facebook durante este mes, a través de dos publicaciones diarias y la compra de publicidad por dos meses en una revista local”. Con esta frase respondo a los dos cuestionamientos.
ACHIEVABLE (alcanzable) Cuando estemos formulando los objetivos, debemos preguntarnos si son realmente posibles de alcanzar (plausibles y palpables), para que no terminen en el olvido. Siempre hay una ambición o un desafío en lo que queremos; a veces es algo grande y preguntarnos cómo y qué tan realista es nos ayuda a acotarlo. Considerar las restricciones financieras o de tiempo es clave. Siguiendo con el ejemplo: “publicaremos dos veces al día fotografías de los productos con sus beneficios y compraremos un espacio publicitario a Revista Urdimbre por dos meses, porque sus precios son accesibles y los podemos costear”.
RELEVANT (relevante) Aquí el tema central es si el objetivo que se está definiendo calza con la estrategia global del emprendimiento al corto, mediano y largo plazo, lo que se logra respondiendo al para qué y por qué. Tiene que ver, también, con la identidad, filosofía o espíritu del negocio, por ejemplo: “Compraré una publicidad en Revista Urdimbre porque es un emprendimiento local al igual que nosotros, además contribuimos a apoyar las mipymes regionales, que es parte de nuestro espíritu como microempresa”.
TIMELY (a tiempo) Se debe fijar una fecha límite para que sea medido posteriormente, de lo contrario “tendremos todo el año para hacerlo” y, lo más probable, es que nunca se concrete. Se debe responder al cuándo. A través de los ejemplos anteriores ya hemos fijado fechas y plazos.
Redactar buenos objetivos con esta metodología, eficiente y efectiva, ayuda a aclarar ideas, enfocar esfuerzos, usar tiempo y recursos de manera productiva, además de aumentar las posibilidades de alcanzar lo que nos proponemos en la vida personal y profesional.
Revista Urdimbre
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