«En la actualidad se habla del apogeo de las prácticas médicas complementarias o alternativas. La mayoría de la población chilena ha utilizado algún tipo de terapia auxiliar a su tratamiento convencional (el 71% así lo reconoce); desde hace mucho estas ya convivían con nosotros. Los motivos principales de la expansión se deben a la necesidad que ha experimentado la población de integrar, en los tratamientos tradicionales, nuevas acciones naturales que los refuerzan; encontrar respuestas no resueltas a preguntas como: ¿cuál es el origen de la enfermedad que nos aqueja? Además, los sistemas de salud a nivel global han comenzado a reconocer y regular estas prácticas.»
Volviendo al Origen
Por mucho tiempo, la medicina convencional ubicó en primera instancia al doctor por sobre el paciente, con la idea de que, a través de los síntomas físicos, se recomendara la solución o receta para aliviar el padecimiento, sin centrarse mucho en la persona y la información que se pudiera encontrar en relación a sus emociones o su entorno.
Con el tiempo, y varios estudios a cuestas, ya no caben dudas de que el origen de muchas de las enfermedades, proviene de aspectos emocionales no resueltos o identificados, como también de los cambios ambientales. Preguntarse por estos o indagar en la historia familiar, abre las puertas a este tipo de medicina, y junto con ello, el enfermo también pasa a ser parte activa, producto de la autoexanimación que realiza durante los tratamientos.
Es por nuestra historia cultural, -vinculada en parte a los pueblos originarios- que la tradición popular ha aportado bastante y variadas prácticas alternativas han existido por décadas en Chile. La Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo un llamado para que los Estados pudieran regular e incorporarlas en sus sistemas públicos (2002-2005 y 2014-2023); principalmente en aquellos países en donde la tradición y los conocimientos ancestrales, suelen ser la única fuente de tratamiento.
En nuestro país el Ministerio de Salud (Minsal) en el año 2005, a través del Decreto N° 42 del Código Sanitario, inicia la reglamentación con el objetivo de resguardar la seguridad y calidad de las terapias que se ofrecen a la población. Uno de los artículos principales apunta a que el Estado es el garante del derecho a la salud de las personas, y de la libertad de elección de los sistemas que procuren su satisfacción.
«En nuestro país el Ministerio de Salud (Minsal) en el año 2005, a través del Decreto N° 42 del Código Sanitario, inicia la reglamentación con el objetivo de resguardar la seguridad y calidad de las terapias que se ofrecen a la población.»
También el documento establece las bases para generar las mesas de trabajo, que se realizan a nivel regional y nacional, con el objetivo de tomar el pulso a la realidad local, y coordinar acciones. Algunos de los aspectos destacados de las mesas son: aportar en la discusión de la Política Nacional de Medicina Integrativa, la cual se presentará en el segundo semestre del año en curso, además de continuar regulando estas prácticas, como temas principales.
Hablemos de Medicina Integrativa
Para los ojos del Minsal, la medicina integrativa es el complemento de las prácticas médicas convencionales y las alternativas, es decir, un modelo orientado a restaurar y mantener la salud, en que se deben maximizar las capacidades naturales que presenta el organismo. Se centra en las personas de manera muy individual, y considerando todos sus aspectos, ya sean físicos, sociales, emocionales y espirituales.
También es importante la relación en el trabajo terapéutico, entre el profesional y el paciente, respecto de las creencias y tolerancia frente a las mismas. Es relevante que los profesionales de la salud sean capacitados o estén al tanto de otros tipos de conocimientos medicinales, con la finalidad de realizar los diagnósticos y tratamientos de manera respetuosa. Es así, que la atención orientada permite integrar muchas miradas, dar libertad y derecho al paciente para optar a los distintos tratamientos que se le ofrezcan.
«La medicina integrativa es el complemento de las prácticas médicas convencionales y las alternativas, es decir, un modelo orientado a restaurar y mantener la salud, en que se deben maximizar las capacidades naturales que presenta el organismo.»
Medicina Integrativa en la Región de Coquimbo
La doctora Ximena Valdés, que atiende en su consultorio privado en la ciudad de La Serena, nos recalca que le gusta más hablar de medicina complementaria antes que alternativa, pues son tratamientos que se ayudan entre sí. Nos explica que “gradualmente comienza a tomar fuerza una medicina más integrada, que observa al ser humano como la totalidad que es, incluyendo emociones y pensamientos que ocurren a través del cuerpo y gracias al cuerpo”. De modo que todas las enfermedades son psicosomáticas, es decir, que todo lo que le pasa al cuerpo, está ocurriendo simultáneamente en el campo intelectual y emocional.
Para los tratamientos ella complementa sus conocimientos clínicos con la medicina biorreguladora, esta última es una modalidad terapéutica que promueve la autorregulación de los procesos biológicos del propio organismo, con la finalidad de resolver y prevenir patologías, como también orientar los procesos de curación. Utiliza medicamentos propios (laboratorio de origen alemán), que son productos naturales elaborados con múltiples componentes activos en microdosis, que actúan en sinergia sobre varios focos en el organismo. Para un resultado óptimo, además, se deben hacer cambios en el estilo de vida como incorporar alimentos saludables, ejercicios y prácticas para aliviar el estrés.
Asimismo, explica que, “cada día, es más evidente que la enfermedad es solo el desequilibrio extremo de un cuerpo que tiene todas las capacidades para autorregularse, pero que no ha sido escuchado, entonces es imposible no enfermarse. Sé con certeza que un medicamento no basta para sanar un cuerpo desequilibrado”. Además, nos comenta que lo ve muy patente en sus pacientes con hipertensión, que aparece en personas que se reprimen mucho, reprimen lo que tienen que decir, lo que sienten y lo que piensan, lo cual repercute en su estado interior.
Paralelamente, desde el año 2012, es codirectora en la Escuela de Biodanza del Elqui, donde realizas clases regulares. La biodanza es un sistema de integración, que da cuenta de manera muy concreta de cómo el cuerpo es el agente partícipe de todo lo que acontece en la vida, pues “devuelve la conexión con la vida, la vitalidad, la energía, el entusiasmo y la salud”, nos explica. Es un profundo proceso terapéutico que se va desenvolviendo clase a clase de manera muy agradable y armoniosa, sin ahondar incómodamente en los dolores del alma.
Por otra parte, el Centro de Salud Familiar (CESFAM) Pedro Aguirre Cerda del sector de La Antena-La Florida, es pionero en la instalación de prácticas médicas complementarias en el sistema público en la Región de Coquimbo. Es que con el nuevo modelo de salud familiar, basado en proporcionar a la comunidad una atención integral con enfoque familiar, promocional y preventivo, se inicia la apertura definitiva a este tipo de prestaciones.
La coordinadora del Área de Medicinas Complementarias, la enfermera holística Carolina Leiva, nos señala que comenzaron el año 2010 solo trabajando con terapias grupales como yoga y biodanza. La apertura del CESFAM hacia las terapias complementarias tiene que ver, aparte de las políticas de salud instauradas respecto al tema, con los miembros del equipo, quienes tienen una mirada bien amplia de lo que es la salud: “se entiende que hay cosas que trascienden el mundo físico”, enfatiza.
«El Centro de Salud Familiar (CESFAM) Pedro Aguirre Cerda del sector de La Antena-La Florida, es pionero en la instalación de prácticas médicas complementarias en el sistema público en la Región de Coquimbo.»
En el año 2012, ella misma comenzó a capacitarse en este tipo de terapias. Su principal objetivo era entregar estas prestaciones a los usuarios del consultorio, personas vulnerables en su mayoría y con difícil acceso a estas terapias.
Luego, con recursos comunitarios y proyectos de Buenas Prácticas en Salud, principalmente, hoy cuentan con dos domos de atención, un huerto de plantas medicinales, además de 10 terapeutas, 12 monitoras y tres funcionarias (enfermera, psicóloga y auxiliar dental) dedicados a estas labores.
La derivación de los casos, se realiza a partir de un protocolo que reconoce a los terapeutas como coadyuvantes de los programas tradicionales. De esta forma, si en el Programa de Salud Cardiovascular, un usuario presenta una diabetes muy descompensada o hipertensión de origen emocional, es derivado inmediatamente. Y así en los distintos programas, como: Rehabilitación integral, atención de personas con artritis o dolores crónicos; Salud mental, atención de personas con crisis de pánico, depresiones, etc; Salud Infantil, atención de menores con trastornos conductuales, déficit atencional, hiperactividad; Usuarios internos, atención a funcionarios con estrés laboral, principalmente; y Atención domiciliaria, visitas a cuidadores, pacientes postrados (inmovilizados) y enfermos terminales, que son los principales programas.
Se suma también el trabajo en la línea del bienestar, buen vivir y sustentabilidad, centrado principalmente en iniciativas ecológicas que tienen que ver con el cuidado del entorno medioambiental. El huerto de plantas medicinales es el mejor ejemplo, el cual fue construido en base a un documento emitido por el MINSAL sobre medicina herbaria tradicional. Cultivan cerca de 60 variedades de hierbas, con la idea de educar a las personas sobre sus usos y contraindicaciones, para que las reconozcan y utilicen de manera segura.
Los Siguientes Pasos
A partir de las orientaciones técnicas para un modelo de atención y gestión de Unidades de Medicina Integrativa, tanto en hospitales como en atención primaria de salud, las autoridades de la región, destacan la infraestructura de los tres nuevos hospitales que se construirán en Coquimbo, La Serena e lllapel, los cuales contemplan dentro del diseño y construcción, la incorporación de prácticas de medicina complementaria y, junto a ello, la contratación de personal idóneo a cargo.
Paralelamente, las universidades y centros de formación técnica que imparten carreras relacionadas con el área de la salud, también están cumpliendo un rol protagónico, al acercarse a una mirada más integral y holística de la medicina. En el mes de junio de este año, se firmó el Acuerdo de Colaboración para la Difusión de las Medicinas Complementarias en la Región de Coquimbo, al que adhiere la Secretaría Regional Ministerial de Salud, Servicio de Salud, y las siguientes casas de estudios: Universidad Santo Tomás, Universidad Central, Universidad Bolivariana, Inacap, AIEP y el Instituto Profesional Valle Central. El compromiso es contribuir y promover el trabajo colaborativo para la implementación de la participación ciudadana, en el marco de la política nacional de medicinas complementarias.
Esperamos que más profesionales de la salud conozcan sobre medicina integrativa, que puedan entregar al paciente un abanico de opciones, filtrar la información y exponer un conocimiento claro y seguro, sin desatender los orígenes multifactoriales de muchas de las enfermedades actuales como, por ejemplo, la fibromialgia o trastornos inmunes. La idea es seguir avanzando en el reconocimiento del derecho ciudadano al acceso libre y en igualdad de condiciones frente a las prestaciones de salud.
Revista Urdimbre
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