¿Te tomas tiempo para ti? ¿Cuánto dedicas para cuidar tu bienestar emocional, físico, mental o espiritual? ¿Qué actividades realizas y cada cuánto tiempo las haces? Y lo más importante, ¿cómo ha influido el encierro en el desarrollo de estos hábitos? Si puedes responder asertivamente algunas de estas preguntas, ¡felicitaciones! Si no, tal vez es el momento de practicar un poco de autocuidado.
A estas alturas del partido nadie puede negar que la pandemia del COVID nos tomó por sorpresa y el encierro obligado terminó por desestabilizar nuestras rutinas y hábitos. La prioridad fue adaptarse a nuevas formas de trabajo, socialización, prevención de la enfermedad, temor al contagio y a la incertidumbre. Lo demás, quedó relegado hasta nuevo aviso, pero conforme pasa el tiempo y la pandemia se hace habitual las personas han ido adquiriendo nuevos hábitos de autocuidado o retomando actividades saludables que les permitan enfrentar la crisis. Está claro que no importa quién seas, qué has hecho o en cuál etapa te encuentres: el autocuidado es absolutamente necesario para sobrevivir a estos tiempos.
ME CUIDO, TE CUIDO El autocuidado no es otra cosa que conocer e identificar nuestras necesidades. Para la enfermera clínica del Hospital San Pablo y docente de la Escuela de Enfermería de la ULS, Sofía Flores Rojas, “el autocuidado son las acciones que asumen las personas para el cuidado de su propia salud física, mental o su propio bienestar”. Para algunos puede ser tan simple como mejorar hábitos de sueño, hacer yoga o practicar manualidades; para otros un poco más complejo, como hacer una terapia psicológica, cambiar de trabajo o terminar una relación. Ante todo, se debe tener claro que somos responsables de nuestro propio bienestar y, por ende, de todo aquello que se extiende más allá del contexto individual, es decir, nuestra familia y nuestra comunidad. No somos exclusivamente responsables del otro, pero, si estamos en armonía con nosotros mismos y con quienes nos rodean, es más probable que las relaciones interpersonales faciliten la comodidad y el bienestar. Por otra parte, el autocuidado es relativo; la forma en que te cuidas no es la misma como se cuidan los demás. Y también puede variar con el paso del tiempo; lo que hoy te genera bienestar puede cambiar según las circunstancias.
OPCIÓN PERSONAL El autocuidado es netamente una decisión personal. Solo tú puedes tomar la iniciativa y nadie puede hacerlo en tu lugar. Depender de alguien para promover el cuidado de ti mismo no es una opción saludable. Debes responsabilizarte y hacerte cargo. Si cuidas a los demás… ¿por qué no comenzar a cuidar de ti? Si bien podemos sentirnos inspirados o influenciados por la familia, los amigos, un youtuber o un terapeuta, sólo nosotros podemos ir un paso más allá y convertir el autocuidado en un hábito constante.
FORMAS DE AUTOCUIDADO
Lamentablemente, “coronavirus y perfección” no van de la mano; es momento de ser realistas y entender que estamos expuestos a mucho estrés y que muchas de las actividades y proyectos que emprendamos no darán todos los frutos esperados. Por eso es importante buscar alternativas para despejarnos y ser pacientes con nosotros mismos. Seguramente, al principio nos veamos tentados por la clásica excusa de “no tengo tiempo”, pero afortunadamente existen múltiples actividades que podemos desarrollar sin la necesidad de mucha planificación. La gracia está en encontrar algo que realmente disfrutemos y ser perseverantes con eso. ¡A continuación algunas alternativas!
Autocuidado emocional Cuando se trata de nuestra salud emocional, lo más importante es conectarnos en profundidad con lo que estamos sintiendo. Podemos sentir la tentación de rechazar emociones como la tristeza o la ira, pero es saludable sentirlas y aprender a canalizarlas. Recuerda que las emociones no son “buenas” o “malas”. No eres culpable de tus sentimientos, sino de cómo te comportas frente a ellos. Es muy importante darse tiempo para reflexionar y reconocer lo que realmente no está funcionando. Para la periodista, Carolina Chacón la pandemia la impulsó a preocuparse de su estado emocional: “he meditado, he buscado diferentes tipos de terapia y ayuda espiritual, me he convencido de hacer más de lo que me gusta y hacer terapia sicológica”, indicó.
Autocuidado físico Se relaciona con atender nuestro cuerpo. Aquí nos encargamos de la salud puesto que la actividad física es vital para nuestro bienestar corporal que, además, contribuye a desahogarnos y a liberar el estrés. Para la psicóloga, Valentina Olivier, el yoga se convirtió en su forma de autocuidado favorito para enfrentar el encierro: “opté por practicarlo y eso conllevó una alimentación mucho más saludable e intuitiva”. Por su parte, Gloria Córdova manifestó que “gracias al ejercicio dejé en un 80% el azúcar, tenía una bicicleta estática abandonada y la tomé de nuevo; sin duda el ejercicio me ha ayudado mucho”. Para la psicóloga, Astrid Castro, “caminar, caminar y caminar” ha sido la forma de autocuidado que la ha mantenido en armonía consigo misma y su entorno.
Autocuidado intelectual Consiste en ejercitar nuestra mente, estimular el pensamiento crítico y la creatividad: leer un libro; hacer un rompecabezas o crucigrama; ser creativos al escribir, dibujar o tocar un instrumento musical. Para la educadora, Vinka Cordero “descubrir nuevas habilidades que no conocía de mí, como escribir cuentos, me ha animado mucho en momentos de bajones”, expresó. En cambio, para la dueña de casa, Loreto Torres, “el tejido ha sido mi forma de autocuidado favorita, y la jardinería”.
Autocuidado espiritual Se refiere a conectar con tus valores y lo que realmente te importa. Se relaciona con quién eres en tu interior. Mantener una práctica diaria de meditación o pasar tiempo en la naturaleza pueden ser de gran ayuda. Para la Ingeniero Agrónoma María Magdalena Mancilla, “hacer caminatas por el bosque se volvió un escape”. En tanto, para Claudia Fernández migrar de la ciudad al campo significó la mejor opción: “hoy estamos armando huerto, invernadero, gallinero, compostera y hemos plantado árboles; ha sido una gran terapia”.
Autocuidado social La conexión con otras personas es necesaria para nuestra felicidad; nos ayuda a entender que no estamos solos. No se trata solo de hacer cosas con otros por el simple hecho de hacerlo, sino de elegir hacer cosas con personas que realmente nos hacen sentir bien. Así lo señala el periodista Mauricio San Cristóbal, quien se ha dedicado a “hacer citas en casa con la pareja” como forma de reencontrarse con su compañera de vida. Por su parte, la abogada Carolina Olate señaló: “enamorarme fue la clave para sobrevivir”, y para Nadia Randolph el autocuidado vino de la mano de su entorno más cercano: “en pandemia he disfrutado de mi familia más que nunca”, señaló. En conclusión, el autocuidado parece ser una alternativa esencial para enfrentar las consecuencias del estrés provocado por el COVID, como bien explica el Psiquiatra de Adultos del Hospital de Ovalle José Luis Barría, “el autocuidado en la realidad actual es una necesidad vital, que parte de un deseo individual y que nos permite no sólo cuidar de nuestro propio bienestar sino, además, ser emocionalmente capaces de atender las necesidades del grupo familiar y la comunidad cuando requieran de nuestra atención”.
Revista Urdimbre
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