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Revista Urdimbre

DESCUBRE LIMARÍ: Uniendo mipymes con identidad local

Para Andrea Quevedo resulta muy importante ligar sus conocimientos de relacionadora pública con el emprendimiento y su cariño por la ciudad de Ovalle. Así se gesta “Descubre Limarí”, una plataforma que busca reunir la oferta gastronómica, hotelera y emprendedora de la zona, la que ha logrado ajustar a pesar de las condiciones excepcionales de la actual contingencia. Gracias a su constante trabajo, esta iniciativa se ha convertido, en los últimos meses, en un puente importante que conecta los productos de este valle con el resto del país. Su interés por dar a conocer la zona es destacable, así como también su preocupación de crear y mantener la confianza necesaria con los emprendedores, con la intención de trabajar de modo colaborativo. Si bien es la cara visible del proyecto, notamos la gran importancia que le da a cada eslabón, lo que permite entregar un producto final de primer nivel.


Revista Urdimbre: ¿Cómo nace Descubre Limarí? Andrea: Es como el hijo del periódico “Villa Ovalle”, un emprendimiento que tuve con una amiga hace mucho tiempo, el que, cada 15 días, se distribuía gratuitamente en 5 comunas con ayuda de las municipalidades. Con él difundimos emprendimientos y el turismo existente en la zona. Viajé a Nueva Zelanda por trabajo e intentamos continuar con su publicación; sin embargo, por la diferencia de horario y el arduo trabajo que requería su desarrollo, no logramos mantenerlo. Años después, cuando volví a Chile, al ver que aún faltaba difusión de la zona, se me ocurre convertir el “Villa Ovalle” en una plataforma digital, reuniendo empresas de la región que luego desglosé en hotelería, gastronomía y emprendimientos, buscando mostrar todo el valle del Limarí como destino turístico. Postulé al programa “EMPRENDE SERCOTEC”, lo gané, y con las asesorías concluimos que el nombre era muy acotado, naciendo “Descubre Limarí”. Además, soy parte de la Asociación de Empresarios Turísticos del Limarí, donde conocí a personas con quienes he podido trabajar de forma colaborativa. Fuimos a la Universidad de Islas Baleares en España a conocer cómo trabajan sus programas a partir de un objetivo común que beneficie a las 4 islas, sin detenerse por cambios de gobierno o de encargados municipales. En fin, “Descubre Limarí” siempre estuvo, pero no se desarrollaba aún todo el potencial que tenía. En marzo se destapó la pandemia y con ello pensé en los emprendedores, en cómo hacer algo para apoyarlos. Ahí nace la idea de hacer una “Caja del Limarí”. Llamé a mi asesor del Centro de Negocios para contarle y poder concretar, le propuse partir con 10 cajas para ver cómo funcionaba. Reunimos a 20 emprendedores, las lanzamos, y el mismo día nos compraron 8… Tuve que pedir más productos. A los 10 días, vendimos 22. Para el empaque, conseguí unas cajas de madera, pero me di cuenta de que la mayoría de los pedidos eran para otras regiones, así que tuve que conseguir cajas de cartón y relleno, cosas que no tenía: todo fue ensayo y error. Después se fueron sumando más emprendedores y, a la fecha, llevamos cerca de 90 cajas vendidas, sin campaña de publicidad ni mucho menos, sólo por el boca a boca.

R.U.: ¿Tienes un equipo de trabajo o estás sola detrás del emprendimiento? A.: Principalmente tengo colaboradores. Por ejemplo, mi asesor del Centro de Negocios de Ovalle me apoyó con las gestiones administrativas, las que fueron complejas por la pandemia y el vuelco al teletrabajo; o el periodista con el que ellos trabajan, porque así podemos resaltar alrededor de 20 emprendedores a la vez. Respecto al centro de operaciones, quedó en la casa de mi mamá; no le preguntamos, pero pienso que está de acuerdo (risas). Ella es profesora, está con mucho estrés por el trabajo, y siento que esto le ha servido como terapia, la desestresa. R.U.: Cuéntanos sobre tu modelo de negocios y cómo lo modificaste A.: Ha ido mutando y sigue acomodándose, más ahora con todo lo que estamos viviendo. Antes era más informativo, con la intención de educar a la gente para hablar con los turistas y contarles todo lo que tenemos en la zona. Ahora, es la misma intención, pero con los emprendimientos, como una forma de acercar el territorio enviando nuestra “Caja del Limarí” con sus productos dentro. Si bien se venden bajo mi marca, mi logo no va sobre los demás, pues si a alguien le gustó un producto específico, puede contactarlos directamente con la información incluida en sus productos, o me pasan flyers y yo los pongo adentro. Nuestra intención es que todos se hagan conocidos y se promocionen fuera de la región.

R.U.: Qué importante, porque también entregas la opción para que elijan lo que prefieran. Entonces, ¿está diseñada según el gusto del consumidor? A.: ¡Claro! Por ejemplo, hay personas que me piden nuevamente, pero seleccionan ciertos productos. Eso sí, no hay un valor mínimo, porque los clientes que son de región aprovechan la compra pidiendo de todo un poco. Tampoco tengo problemas en entregar pedidos con poquitos productos, principalmente en la comuna, porque ayuda en la promoción del boca a boca. Además, me preocupo de contactarlos y confirmar que llegó todo bien.


R.U.: Notamos que la postventa es súper importante para ti… A.: Sí, todo se pregunta y, gracias a eso, también recibo comentarios que ayudan a mejorar, como el de un cliente respecto al empaque, por ejemplo. También, la logística es lo que más cuesta, específicamente el estandarizar procesos que no dependen de mí, como es la entrega, buscando tener los menores inconvenientes posibles. Si uno compra algo, le gusta que llegue rápido, y creo que es lo que nos diferencia de las grandes cadenas, porque nos preocupamos de cada detalle. Al final, puedes perder plata con otras compras, pero no con un emprendedor, porque le ponen tiempo y cariño, algo que tenemos en el ADN y se traspasa, la gente le dice a otros y también se conservan los clientes. Es una compra súper consciente porque, en el fondo, estás ayudando a la economía local y, a la vez, te estás asegurando de que llegará todo en buenas condiciones.

R.U.: ¿Sientes que has contribuido para que conozcan los atractivos turísticos del Valle del Limarí? A.: Estamos recién empezando, pero se ha trabajado mucho en tratar de hacer las cosas de la mano con las comunidades. Hemos sido muy cuidadosos porque no quiero pasar a llevar a nadie, y eso nos pasa la cuenta, avanzamos lento, pero hemos logrado cosas. Por ejemplo, que un privado tome como misión el levantar emprendimientos locales es un gran logro, pues uno de los mismos pares ayuda a levantar a los demás… siento que sí hemos aportado al trabajo colaborativo. También es importante ser transparentes, cuidar mucho la confianza de los emprendedores, y mostrarles que sí se está avanzando. Si bien son etapas, creo que ese camino va bien.

R.U.: ¿Qué ideas tienes pensadas para más adelante? A.: Dentro de las ideas futuras, me gustaría que, además de los productos, también incluya descuentos en hoteles y restaurantes de la zona para promoverlos; desarrollar un formato diseñado para que los destinos lo incluyan en sus paquetes turísticos; y me gustaría que sirva para mostrar parte de la identidad de los pueblos, conteniendo información educativa de su legado, y lo que nos dejaron. Todo pensado con la intención de levantar el valle, pero también cuidarlo, de forma colaborativa.

R.U.: Si algún emprendedor de la zona quiere participar, ¿cómo podría hacerlo? A.: Para ello es importante que su propuesta sea de calidad, tanto el producto como su envasado, que estén formalizados y que tengan resolución sanitaria al día. No le cierro la puerta a nadie, yo feliz de que se integren nuevos emprendedores, pero es primordial asegurarse que la calidad entregada hasta ahora se mantenga.

R.U.: ¿Cómo se puede adquirir la Caja del Limarí? A.: Pueden contactarme a través de las redes sociales, como Instagram y Facebook, o también a través de Whatsapp, para una mayor rapidez (+56 9 9166 0120).


R.U.: Como Andrea Quevedo, ¿qué has aprendido con esta pandemia? A.: Yo creo que nos viene a poner a prueba, a mostrar lo versátiles que podemos ser, cómo enfrentamos los problemas y cómo cambiamos rápidamente para no dejar morir nuestros sueños. Los emprendedores siempre buscamos la forma de poder reinventarnos. Pero creo que, lo que más me deja esta pandemia, es que el trabajo colaborativo sí es posible. Además, la mirada de sólo vender ya no va; ahora hay una historia detrás que la gente quiere consumir, saber detalles, ser más consciente y respetar lo original. Los emprendedores, mientras más se caen, más aprenden. Su valor intelectual es muy alto y les permitió generar estrategias logrando un “modo pandemia”, no así algunas marcas grandes, que no lograron hacer nada. Van a haber muchas cosas que después de la pandemia van a quedar. El factor tiempo en Chile es muy importante: si le puedes acercar todo al cliente y éste lo puede pagar, lo va a tomar, porque significa ganar tiempo de calidad con sus familias.

R.U.: Para terminar, ¿qué mensaje quieres dejarle a nuestros lectores? A.: Para los emprendedores, que sigan luchando porque vamos a salir de esto, y animar a quienes empezaron a emprender en pandemia, porque de la necesidad uno empieza a crear cosas. Los emprendedores siempre han sido el gran motor, la gran fuerza que mueve la economía, y estoy segura de que eso es lo que nos va a levantar de nuevo, más aún si trabajamos de modo colaborativo. Después de que pase esta crisis, saldrán muy buenos emprendedores… unos súper exitosos. Y al público en general, que apoyen el comercio local, porque será lo primordial para salir adelante. Después de vivir años afuera, siento que valoro y aprecio más todo lo que tenemos. En Chile hay mucho talento en todas las áreas, pero es tanto que no se aprecia. Tenemos muchas cosas entretenidas que no existen en otros lugares y hay que aprovecharlo.



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