Cuando ya llevamos un tiempo dentro del mundo emprendedor, comenzamos a escuchar una pregunta que no siempre sabemos responder a ciencia cierta:
“¿Cuál es la propuesta de valor de tu negocio?”
En unos segundos, tratamos de armar la respuesta que, creemos, dejará conforme a nuestro oyente. Luego, pensamos si dijimos lo correcto o si nos alejamos de lo que realmente quisimos contar, corriendo el riesgo de no cumplir con sus expectativas
Es una frase que escuchamos y decimos cotidianamente, pero que resulta necesario desmenuzar para aquellos que aún pueden tener dudas al respecto: La propuesta de valor de un negocio, sea de servicios o productos, es un párrafo breve y conciso que explica de manera clara las razones para elegir tu producto o servicio, el que en ocasiones puede reducirse a una frase. Puede estar ligada al trato familiar, al diseño exclusivo, la multifuncionalidad, o tal vez sabores que no se encuentran fácilmente en cualquier lugar. Sin embargo, lo importante es que lo comuniques de tal modo, que logres impresionar al potencial cliente y obtengas los resultados esperados.
Para diseñar nuestra propuesta de valor es importante tener claros los siguientes puntos:
Identificar el segmento de clientes al que apuntaremos.
Analizar cómo resolvemos un problema o una necesidad de nuestro público objetivo.
Considerar qué beneficio recibirán al preferirnos.
Tener claro cuál es la diferencia que poseemos frente a nuestra competencia directa.
Una vez identificados estos aspectos, ya podemos redactar lo que entregaremos al cliente de la manera más clara posible. También debemos tener en cuenta que la propuesta de valor no es un slogan, aunque este último se puede crear a partir de lo anterior.
Si bien permite diferenciarnos de nuestra competencia, la propuesta de valor no es un obstáculo para quienes deseamos generar redes con quienes comparten la misma pasión por lo que hacemos. Existe público para cada producto y servicio, por lo que resulta ideal crear un mercado que sea tan misceláneo como gustos existentes y responder en conjunto a las necesidades de la mayor cantidad posible de clientes. Para ello, resulta productivo crear sociedades o grupos de trabajos donde se busque potenciar ideas y proyectos en beneficio de todos, así como también compartir técnicas, datos de productores e insumos, etc.
Ya sea que busques trabajar solitariamente o de manera colaborativa, es importante que visualices la propuesta de valor de tu negocio para
En síntesis, te incentivamos a definir tu propia propuesta de valor, pues así tendrás una herramienta más para llegar de manera eficiente, tanto a potenciales clientes, como a posibles inversores.
Revista Urdimbre
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